"La destrucción del pasado, o más bien de los mecanismos sociales que vinculan la experiencia contemporánea del individuo con la de generaciones anteriores, es uno de los fenómenos más característicos y extraños de las postrimerías del siglo XX. En su mayor parte, los jóvenes, hombres y mujeres, de este final de siglo crecen en una suerte de presente permanente sin relación orgánica alguna con el pasado del tiempo en el que viven. Esto otorga a los historiadores, cuya tarea consiste en recordar lo que otros olvidan, mayor trascendencia que la que han tenido nunca." (Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX.)

miércoles, 20 de mayo de 2015

La Edad Media

1- LA TRANSICIÓN A LA EDAD MEDIA

La descomposición interior del Imperio romano

La gran extensión del Imperio romano y las diferencias entre las provincias que lo integraban dificultaron su administración. El emperador Diocleciano, intentando buscar una solución a esta cuestión, resolvió dividir el imperio en dos regiones administrativas (oriente y occidente), cada una bajo la autoridad de un augusto (emperador), del que dependía un césar. Este sistema se conoce como tetrarquía.
Durante siglos, el imperio romano había mantenido contacto con los pueblos que se encontraban más allá de sus fronteras, principalmente los germanos, llamados bárbaros porque no conocían el latín. Los primeros germanos llegaron en grupos reducidos y el imperio los incorporó fácilmente, dándoles tierras a cambio de que sirvieran en el ejército.
Pero, a partir del año 376 d.C., los germanos asentados en el sur del actual territorio perteneciente a Rusia, presionados por los hunos, comenzaron a invadir el imperio. Si bien los hunos y su jefe Atila fueron derrotados en el año 453, los restantes pueblos bárbaros continuaron penetrando en todos los rincones del imperio.
Más tarde, otros pueblos bárbaros llevaron adelante sucesivos ataques, situación que junto a la descomposición interior del propio imperio condujo al fin del mismo en el año 476, cuando un jefe bárbaro depuso al último emperador romano de occidente.

2- LA EDAD MEDIA

La Edad Media es el período histórico con que se conoce a los 1000 años que van desde el siglo V al siglo XV. Se caracterizó, entre el siglo V y el VIII, por la existencia de reinos débiles, porque la gente se hallaba desparramada en el campo o en pequeños poblados –sin que existieran grandes ciudades-, porque la vida transcurría entre invasiones, guerras y saqueos. Es decir, que al fracturarse la antigua unidad imperial, en el occidente se formaron los Reinos Romano Germánicos. Estos fueron el resultado del encuentro de la cultura de los germanos con la civilización romana y produjeron una síntesis que constituyó la base del mundo medieval.

El Feudalismo

En Europa occidental, luego de la caída del Imperio Romano de Occidente se constituyeron nuevas unidades políticas: los reinos romano-germánicos. Las nuevas unidades políticas en que Europa occidental quedó dividida darían origen, posteriormente, a las naciones europeas actuales. Se llamó feudalismo al modo en que se organizó económica, social y políticamente Europa en la época medieval y se caracterizó por la debilidad del poder de los reyes que debieron resignar posesión y usufructo de regiones enteras (los feudos) en manos de los señores (vasallos).

a- La organización política

Carlomagno, en el siglo VIII, organizó su Imperio en diferentes unidades políticas de administración: condados, ducados y marcas en razón de la cercanía o lejanía de la frontera. Los terceros se hallaban sobre las fronteras, los segundos, seguidamente y los ducados, en el interior del Imperio Carolingio. Carlomagno quiso darle a su Imperio la imagen de heredero del Imperio Romano y por ello se hizo coronar por el Papa.
Estas divisiones se encontraban en manos de vasallos: condes, duques y marqueses en razón de su jerarquía. En los siglos siguientes fueron adquiriendo cada vez mayor autonomía hasta ser cuasi independientes y con un rey nominal, es decir, que realmente no ejercía el poder.
Luego de las invasiones, el poder de los reyes se debilitó y ya no hubo leyes, ni ejército, ni justicia comunes para todos los habitantes del reino. Entonces ¿Quiénes ejercerían el poder político a partir de entonces?
El poder político fue ejercido por nobles o señores feudales o vasallos (condes, duques, marqueses) quienes a cambio de jurarle fidelidad y proporcionarle ayuda o servicio militar al rey, por un lado, y de proteger a los campesinos de la inseguridad y desorden de los primeros siglos de la Edad Media, por el otro, recibieron de los reyes grandes extensiones de tierra habitada por campesinos y derechos sobre esas tierras. El acuerdo por el que adquirían esos derechos se conocía como feudo. El poder de los señores feudales se basaba en la posesión del poder de ban (poder de mandar y castigar). El ejercicio efectivo del poder se producía gracias al monopolio que tenían sobre las armas. De allí, también el deber de defensa. El poder de ban le aseguraba a los señores una serie de ingresos materiales que provenían del ejercicio de las funciones de gobierno. Podían cobrar impuestos para sostener a sus tropas, tasas por comerciar en su señorío, multas a los infractores de las disposiciones del señor y peajes por el uso de puentes y caminos. Los señores feudales también podían decidir sobre aspectos de la vida de quienes habitaban sus tierras; por ejemplo, decidían quién podía casarse y con quién.
Este sistema implicaba obediencia y servicio (principalmente militar) por parte de un hombre libre (el vasallo) hacia otro hombre libre (el rey), que le debía protección y sostenimiento al vasallo. Esta relación se formalizaba a través de una ceremonia de homenaje y se denominada pacto feudovasallático.
Al principio, los feudos se otorgaban de por vida, pero pronto se volvieron hereditarios. Esta situación influyó en el debilitamiento de la autoridad monárquica, pues los señores se volvieron poderosos y la posición del rey se debilitó al no tener más tierras para entregar a sus vasallos a cambio de su fidelidad.
En esta estructura piramidal se encadenaban las dependencias de carácter personal hasta llegar a los campesinos. La relación entre vasallos y señores se establecía a través de toda la escala social, quedando así tejida una red de dependencias. En última instancia, todos los vasallos debían fidelidad al rey, pero en la práctica el vínculo directo fue entre cada vasallo y su señor.

b- La organización económica

El señorío

Las tierras de un señor recibían el nombre de señorío. El señor ejercía sobre la población ciertas atribuciones, propias de la esfera pública, como la administración de justicia, el reclutamiento de tropas y el cobro de tributos. El señorío era el principal ámbito donde se llevaba a cabo la producción económica en el sistema económico y político del feudalismo. Cada señorío era autosuficiente, es decir, producía en su interior todo lo que sus habitantes necesitaban para vivir.
El centro del señorío era el castillo del señor. Los castillos se construían sobre una elevación de terreno, llamada "mota", para poder defenderse mejor de los ataques.
Cada señorío se dividía en:
-          La reserva señorial: conformada por las tierras cercanas al castillo o monasterio que eran trabajadas por los siervos. Eran las tierras más fértiles y toda la producción obtenida de ellas era para el señor.
-          Los mansos: parcelas que el señor daba a los campesinos para que produjeran los alimentos necesarios para su subsistencia. Los campesinos, a cambio, debían entregar al señor una parte de lo producido, como tributo.
-          Las tierras comunales: tierras de pastura que no eran utilizadas para cultivar; en ellas se alimentaba el ganado.

El trabajo rural

El trabajo rural fue la base de la economía durante toda la Edad Media. La producción se basaba en la explotación de grandes propiedades autosuficientes donde trabajaban los siervos. Estos campesinos recibían tierras de cultivo para mantener a sus familias (mansos) a cambio de entregar al señor (propietario de la tierra) una parte de la producción y de trabajar algunas jornadas en las tierras que dependían directamente del señor.
Hacia el siglo XI comenzó a aumentar la población, debido a: 1- el cese de las invasiones; 2- la roturación de nuevas tierras con el consecuente aumento del volumen de las cosechas; 3- la difusión de adelantos tecnológicos en las tareas rurales, produciendo mayor cantidad de alimento. La población continuó creciendo durante los siglos siguientes hasta fines del XIII, donde el ritmo comenzó a reducirse.
Los adelantos tecnológicos facilitaron las tareas de los campesinos y les permitieron obtener, con el mismo esfuerzo, cosechas más abundantes. Las principales innovaciones tecnológicas del período fueron el arado con cuchilla y vertedera, el empleo de la rastra, el uso generalizado del caballo, la introducción de collera rígida y yugo frontal, la diversificación de los cultivos y a la rotación trienal de los campos -rotación de cultivos-.
Durante toda la Edad Media, la base de la alimentación fueron los cereales y las legumbres que creían más rápido que los cereales, y que además podían conservarse secas y ser consumidas cuando fuera necesario. El consumo de carne no era muy habitual, lo que se aprovechaba del ganado vacuno era la leche, con la que se producía manteca y queso. La cerveza y el vino eran las bebidas corrientes, tanto entre los ricos como entre los pobres.
Un fenómeno característico de los siglos XI al XIII fue el de las roturaciones, promovido por el aumento demográfico. La roturación de tierras significa la incorporación de estas, antes desaprovechadas, a la explotación agrícola. El movimiento de roturación se produjo en el interior de las antiguas fronteras y más allá de ellas.
Los recursos de los campesinos medievales, si bien procedían de las tierras labradas, no se limitaban a ellas. Otros ámbitos, como los bosques, las montañas, los ríos y el mar, también constituían recursos para los campesinos.
A fines del siglo XIII se frenó la expansión, la población dejó de aumentar y comenzó su retroceso. El hambre, las pestes y las guerras azotaron poblaciones enteras.

c- La organización social

Los señores feudales tenían poder sobre las personas que vivían en sus tierras, la mayoría de las cuales se encontraban en situación de servidumbre, que era una forma de trabajo forzado por la que el campesino o siervo quedaba sometido a la autoridad del señor de la tierra. Su libertad de trabajar, trasladarse, heredar o casarse dependía de la voluntad del señor.
Durante la Edad Media la sociedad estaba dividida en estamentos, es decir, grupos sociales en los que, a diferencia de las clases sociales actuales, no se podía ascender socialmente, es decir, no se podía cambiar de grupo social o estamento.
La sociedad medieval estaba dividida entre las personas que poseían privilegios y derechos  (reyes, señores feudales), por un lado, y quienes carecían de ellos (siervos). Estos últimos se veían sometidos a los grupos privilegiados y quedaban obligados a trabajar para ellos y brindarles tributo.
Esta desigualdad, originada a partir del nacimiento, estaba avalada por la Iglesia cristiana (según la llamada teoría de los tres órdenes), que consideraba consagrada por Dios la división entre los que mandaban y defendían militarmente a la sociedad (los señores de la guerra, en latín, bellatores), los que rezaban y representaban a Dios (el clero, los oratores) y quienes trabajaban y obedecían (los campesinos, laboratores). Estos tres estados o estamentos constituían el esquema tripartito de la sociedad feudal.

d- La Iglesia en la Europa Feudal. El Cristianismo

Caracterizó al cristianismo la idea de universalidad, es decir, que la palabra de Dios era para todos los hombres del mundo. Este nuevo concepto trajo como consecuencia la difusión del cristianismo más allá del pueblo en el que nació. Esta idea de universalidad se heredó del Imperio Romano. Durante los últimos años del Imperio Romano se produjo la difusión del cristianismo. El Cristianismo implicaba una ruptura con la religión oficial porque los cristianos se negaban a formar parte del ejército y a rendir culto al emperador.
El Cristianismo y el Judaísmo sostienen la existencia de un solo Dios que se ha manifestado al hombre. Ambos comparten como libro sagrado la Antigua Biblia, pero difieren en que para el Judaísmo la revelación y el cumplimiento de la ley es solo para los hebreos y para el cristianismo es para todos los hombres. En un principio tolerados, luego los cristianos comenzaron a ser perseguidos cuando se negaron a formar parte del ejército y a rendir culto al emperador.
Posteriormente, en tiempos del emperador Constantino, se promulgó un edicto (año 313) que reconocía la libertad de cultos y, más tarde (año 391), Teodosio I declaró al cristianismo religión oficial del imperio.
Cuando la Iglesia se organizó, tomó de la administración romana la división en provincias y diócesis. En un comienzo, los obispos fueron los principales personajes de la Iglesia.
El obispo de Roma adquirió la principal jerarquía, pues era en Roma donde había muerto San Pedro, a quien Jesucristo había designado fundador de su Iglesia.
Además, como Roma tenía el prestigio de haber sido la capital del imperio, su obispo se convirtió en la máxima autoridad de la Iglesia y se lo llamó Papa.
De los obispos dependía el clero, dividido en secular y regular. El clero secular dedicaba su atención a la población, en tanto el clero regular, formado por monjes y frailes, vivían en monasterios apartados de la vida mundana y se dedicaban a la oración para alcanzar un mayor acercamiento a Dios.
En cada monasterio había una Iglesia, un jardín, una sala capitular donde realizaban reuniones y el lugar de trabajo o biblioteca donde copiaban manuscritos sobre pergaminos y estudiaban. De esta manera los monjes y la Iglesia fueron quienes se encargaron de conservar la cultura romana.

Si bien en los comienzos los pueblos “bárbaros” rechazaron el cristianismo, poco a poco fueron adoptándolo como religión hasta que todos los reinos romano germánicos se convirtieron a la nueva fe. Durante la Edad Media la Iglesia tuvo un rol muy importante que afectaba a todas las áreas de la vida de las personas. Registraba los nacimientos, los casamientos y las defunciones. El edificio de la Iglesia era la única construcción importante. En ella se realizaban las fiestas, las ceremonias y de allí salían las noticias.


Los tres órdenes
Los tres órdenes
El señorío


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